Archive for May, 2012



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  Sin lugar a dudas el instrumento más sofisticado creado por el ser humano (al menos conocido hasta la fecha) es la TECNOLOGÍA DE LA INFORMACIÓN y su acelerada evolución continuamente nos deja sorprendidos por sus repercusiones.

Recientemente en México con el desarrollo que ha tenido la campaña por la Presidencia hemos sido testigos de la dependencia hacia la televisión que tiene nuestra cultura, del enorme poder que tiene este medio en México pero también del reto que está representando para los medios de comunicación tradicionales  (televisión) adaptarse a las nuevas formas que utilizamos los seres humanos para ponernos en contacto.

Hemos escuchado a Carlos Loret de Mola minimizar la presencia de Twitter (y sus usuarios) en la realidad nacional; a Leo Zuckermann, Héctor Aguilar Camín y Jorge Castañeda llamar a los usuarios de las redes como una especie de alienados que viven en una realidad paralela pues las encuestas acerca de las preferencias electorales (SUS ENCUESTAS) no reflejan el sentir de la gente que «VIVE» (una vez más, como si lo virtual fuera un mundo extraído de la realidad, el reino de la esquizofrenia) en las redes sociales. Yo adjudiqué al principio estas opiniones a la ignorancia y el bajo perfil de la gente de la televisión respecto a sus conocimientos y apreciación de la nueva realidad de la información y sus desplazamientos. Después escuché opiniones acerca de un intento anacrónico de manipulación política a través de la televisión tesis que cada vez se hace más evidente; pero lo cierto es que muchos «editorialistas», «comunicadores» y «analistas» inmolaron su credibilidad ya sea por ignorancia o por obedecer a intereses personales (fuera de toda ética por cierto).

El movimiento YO SOY 132 (jóvenes, universitarios, frescos en el conocimiento, sin compromisos  propios de la edad adulta y además, al día en cuento a nuevas tecnologías se refiere) hoy levantan la voz para subrayar que los alienados parecen ser los que se quedaron atrás, en la prehistoria de la comunicación; su desconocimiento acerca de que LA INFORMACIÓN YA NO ES UNA NUBE (COMO SE LE SUELE LLAMAR AL FENÓMENO) DONDE UN INDIVIDUO TIENE ACCESO A UN CÚMULO INFINITO DE INFORMACIÓN AUNQUE, RESPONDIENDO A INTERESES MUY SUBJETIVOS. LAS REDES SOCIALES HAN SIDO UN CATALIZADOR PARA TRANSFORMAR EN MULTI-VECTORIAL LA DIRECCIÓN DE LA INFORMACIÓN  Y CON UN PESO ESPECÍFICO; ES DECIR, EL INDIVIDUO NO SÓLO CONOCE LA INFORMACIÓN QUE  SUS IMPULSOS LE INDICAN, AHORA SE VE DETERMINADO TAMBIÉN POR LOS IMPULSOS DE OTROS Y ADEMÁS, LOS EFECTOS DE ESTE INTERCAMBIO HAN REPERCUTIDO DE MANERA CONTUNDENTE PARA MODIFICAR LA REALIDAD POLÍTICA Y SOCIAL DE PAÍSES DICTATORIALES, DE SOCIEDADES TAN TRADICIONALES COMO LAS DE EGIPTO Y LIBIA. Es decir, la información y su capacidad de movilización social ya transforma la realidad. Yo no llamaría nube al fenómeno sino MAR, con densidad propia y que permea nuestras actividades y además, YA NO ES PROPIEDAD PRIVADA. En ese mar de información son muy útiles las referencias (ESPECIALISTAS EN TEMAS, INVESTIGADORES, QUE CON RIGOR METODOLÓGICO Y ÉTICA INDISPENSABLES PUEDAN CONVERTIRSE EN FAROS PARA NO EXTRAVIARNOS EN «TODO LO QUE SE DICE») pero, la información ya no puede tener propietarios que traten de detener tsunamis.

Como toda creación humana tiene sus demonios; el principal que este instrumento maravilloso queda sin vida tan sólo con un apagón eléctrico pero, la televisión padece del mismo mal.

 

RAFAEL REDONDO


  El día de hoy aparece un artículo en el New York Times cuyo encabezado dice: NUMB TO CARNAGE, MEXICANS FIND DIVERSIONS AND LIFE GOES ON (Adormecidos ante la carnicería -refiriéndose a los cuerpos encontrados en Cadereyta-   los mexicanos encuentran diversiones y la vida continúa) donde además de describir la SAÑA del crimen en México reproduce opiniones de psicólogos que describen la indiferencia nuestra a un mecanismo de defensa; yo agregaría un elemento más: La falta de motivos del crimen en México. La humanidad ha presenciado crímenes atroces (Exterminio no sólo en la Alemania Nazi; en los Balcanes, en Guatemala, en África. Una guerra fría que mantuvo en tensión al mundo esperando qué bando sería el más visceral para apretar un botón y desatar una guerra nuclear. Crímenes por fanatismos, guerras mundiales y un largo etcétera)  sin embargo, toda masacre tenía un objetivo claro por más irracionales sus efectos. Esta exhibición de violencia en México supera toda lógica: cuerpos decapitados, gente secuestrada por sus «amigos» y luego destazada con una sierra eléctrica, sicarios de 14 años, criminales que narran con toda parsimonia haber asesinado cientos y disuelto los cuerpos en ácido. Este tipo de crímenes no tiene lógica alguno, no sabemos dónde inició ni cuándo y cómo se va a terminar. Ese es también motivo de nuestra actitud impávida. Y en este contexto surge en la campaña presidencial del candidato de la izquierda la propuesta de la República Amorosa y se despliega también una serie de burlas, improperios y pitorreo no sólo por parte de la «diva de la noticia» Loret de Mola sino también de gente seria que mira con incredulidad la frase.

El concepto amor está tan manoseado por nuestra cultura que a lo único que nos suena es a Cenicienta besada por su príncipe en una nebulosa rosa que ilustra una cursi tarjeta de San Valentín. Los teóricos de lo político no se acercan al asunto y sólo la teología se atreve a abordar el tema. Los libros sagrados de todas las culturas lo describen a veces como génesis de vida,  otras como el todo (Dios), otras  veces como la vida misma: amor=vida. La vida irremediablemente busca la paz, irremediablemente busca la armonía, irremediablemente busca la trascendencia, irremediablemente busca la plenitud; irremediablemente busca la felicidad. El ser humano es gregario, diseñado para vivir en sociedad y es más fácil que un ser humano muera de soledad que de hambre; entonces ¿es realmente disparatado traer el concepto a la mesa de discusión de los asuntos públicos; sobre todo dada nuestra coyuntura?

Haciendo a un lado proselitismo de la izquierda y los beneficios que el concepto le pueda brindar, quiero preguntarles; ¿el deseo de no quedar atrapado en una balacera se resuelve con la propuesta de más carreteras?, la preocupación que te causa el que tus hijos puedan convertirse no sólo en adictos a las drogas (hemos ido tan lejos ya que, ésto es lo de menos) sino que terminen reclutados por el crimen y después en la cárcel o muertos con la saña ya descrita ¿te la alivia la propuesta de crecimiento económico para el próximo año o si el PIB tiene déficit o superávit? ¿A los familiares de los caídos les resuelve su dolor una reforma fiscal? ¿No les parece que estamos abandonando los activos (nuestros y por tanto del Estado) realmente importantes como proteger nuestra vida, respetar toda forma de vida reconociéndonos en ella, amar a los nuestros, fomentar relaciones de concordia en nuestras relaciones sociales, abandonar la frustración que es asesina trabajando en nuestra estima, fomentar la compasión, la tolerancia? Hemos sacralizado a tal grado a los bienes materiales, al esnobismo intelectual, a la fuerza como forma de supervivencia y vuelvo a preguntarles, ¿el dinero cura el dolor de las víctimas del secuestro?, ¿el exagerado análisis y ostentación del conocimiento cura el dolor de las víctimas de la trata de personas de toda la serie de vejaciones a que son sometidas y que van más allá de lo que un ser humano pudiera siquiera imaginar?, ¿el dinero regresa a las familias sus seres queridos muertos?, ¿es realmente motivo de pitorreo hablar de un asunto (amor o vida) que nos reencuentre con nosotros mismos y volvamos a sentir vergüenza de la sociedad tan aberrante que hemos sabido magistralmente construir? Creo que más que burlarnos, deberíamos cuestionarnos en qué parte del camino se nos olvidó que somos seres vivos y mejor aún, qué hacemos para regresar.

 

Rafael Redondo

 

Mujeres mexicanas…


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  Antes de iniciar mi comentario de hoy aclaro que el texto no intento hacer proselitismo y no milito en ningún partido político.

Hoy que se festeja en México el día de las madres quiero hacer algunos comentarios acerca del papel actual de las mujeres mexicanas y reconocer su trabajo pues creo que aún no se han dado cuenta ustedes mujeres mexicanas, de los obstáculos que han superado y por ello no se han dado la oportunidad de felicitarse. Hoy tenemos una una mujer contendiendo con posibilidades reales, por el máximo puesto ejecutivo de nuestro país, el de la presidencia de la República; jefe de Estado y jefe de gobierno. Hoy hemos visto a una mujer (y quiero insistir, independientemente de las convicciones  políticas de cada una de ustedes) que tiene una formación profesional, una trayectoria política y una mujer que venció a sus adversarios hombres dentro de su partido, dicho sea de paso, el partido de la derecha en México tradicionalmente dominado por los hombres. Hoy, esta mujer, la señora Josefina Vázquez Mota no sólo está enfrentando a sus candidatos opositores, también duras y a veces ácidas críticas y en lo personal, he escuchado  las críticas más mordaces de la boca de mujeres.

Al respecto quiero hacer esta reflexión; apenas en 1953 las mujeres tuvieron la venia para convertirse en ciudadanas en México. Antes de esa fecha, las mujeres mexicanas debían vivir a la sombra de sus padres o de un marido, de lo contrario no existían. Eso sucedía hace casi sesenta años y hoy tienen a una de ustedes luchando por ser presidenta, ¿representa el hecho un valor enorme no sólo para las mujeres sino para la sociedad mexicana?

Mi vida profesional me ha llevado a conocer y ayudar a mover algunas tuercas de la intrincada maquinaria de la vida femenina en México. En mi vida profesional me he encontrado con mujeres violadas, luego humilladas en un Ministerio Público y además estafadas por algún abogado; mujeres embarazadas y abandonadas; mujeres con hijos divorciadas y abandonadas también. Mujeres masacradas a golpes por sus padres o parejas; mujeres con esquizofrenia encadenadas por familiares a una ventana confinadas a vivir en un calabozo creado por su propia familia; mujeres indígenas trabajadoras domésticas abusadas y explotadas por sus patrones; mujeres indígenas encarceladas por robar un refresco o una gallina; mujeres con cáncer, mujeres de la tercera edad abandonadas por sus familiares; mujeres ancianas cuidando solas hijos adultos enfermos de esclerosis múltiple; mujeres madres de hijos asesinados. Mujeres viudas por la mano de algún asaltante; mujeres madres de hijos encarcelados, enfermos, adictos, delincuentes. Todas mujeres y todas mexicanas. Por otro lado he conocido a mujeres aguerridas; médicos, abogadas que por amor a su profesión regalan sus servicios a gente necesitada, mujeres luchadoras sociales, intelectuales, artistas, mujeres haciendo un papel extraordinario en el Servicio Exterior mexicano; madres solteras, monjas mexicanas que aún a la sombra del Vaticano mismo reaniman enfermos, buscan asilo y alimento a familiares de enfermos foráneos en los hospitales de la ciudad de México. Mujeres costureras, madres solteras, aristócratas que dejan a un lado sus zapatos Prada para ayudar a niños con VIH o cáncer o niños quemados. Mujeres que continúan con sus vidas luego de que su cuerpo y rostro fue desfigurado por un incendio. Enfermeras, periodistas, poetas, profesoras, estilistas, dentistas, enfermeras, cineastas, empresarias. Mujeres lesbianas luchando por los derechos elementales de la comunidad homosexual. Todas mujeres, todas mexicanas que se han atrevido a derribar las barreras de un mundo masculino. Hoy quiero invitarlas a sentirse orgullosas pues en su lucha muchas de ustedes han dejado la vida y la muerte y hoy, pueden decir, una de nosotras está peleando por llegar a la Presidencia. Yo no soy mujer pero realmente me llena de orgullo que las mujeres de mi país, vean recompensados sus esfuerzos y dejen atrás el estigma de que el único valor de ustedes es su par de senos por eso manifiesto mi admiración y respeto a Josefina Vázquez Mota, mismo valor y respeto que tengo y siento por cada una de las mujeres que se han cruzado en mi camino y de quienes cada día tengo la oportunidad de aprender. Felicidades a todas.

 

Rafael Redondo