Dice Umberto Galimberti (filósofo y psicoanalista italiano) que la mujer es empática por una razón biológica, orgánica: está consciente de su posición como dadora de vida, su cuerpo está diseñado para compartirse y por tanto su psique para proteger esa vida con la que incluso ha compartido el cuerpo. Su enlace emocional con la vida es muy directo por ello está acostumbrada a actuar, pensar y sentir por otro ser. El hombre por el contrario debe provocar esa condición, esforzarse para adquirirla.
Dice Umbero Galimberti que esa condición de desconocimiento de la empatía por el hombre lo lleva a errar en su decisión de quedarse en una relación de pareja; pero si llevamos este postulado a un entorno más complejo, podríamos suponer que las mujeres al ser más empáticas por naturaleza, aquellas que poseen también habilidades para dirigir grupos (y sabemos que hay muchas) poseerían un elemento adicional para dirigir con sensibilidad esos grupos. Una mujer líder centraría sus esfuerzos en la condición humana de los subordinados, supondríamos que su actitud podría ser conciliadora (una mujer escucha mejor que un hombre por construye mejores diálogos). Quien trae la vida a la tierra, es responsable de ella por tanto sabe cubrir necesidades vitales como el alimento no sólo material sino emocional; por tanto supondríamos que una mujer líder será protectora (la mujer tiende por naturaleza a conservar la vida de la que es responsable, así que fijará su atención sobre quiénes tengan su vida en riesgo). Y un tercer factor que de acuerdo al postulado sería muy importante es su potencial emocional, su capacidad de ver las situaciones desde el punto de vista del capital emocional.
Dadas las circunstancias de nuestro país creo que sería buena apuesta explorar EL LADO FEMENINO DE MÉXICO; quizá con una buena interlocutora logremos fortalecer nuestras instituciones, quizá una persona con la mirada puesta en los problemas esconómicos se fortalezcan las políticas sociales y sobre todo quizá con un equipo dirigido con visión femenina podríamos prestarle importancia a asuntos tan vitales como el valor de la vida en todas sus manifestaciones, asunto que se nos está saliendo de las manos.
Rafael Redondo