Mucho nos preguntamos acerca de qué podemos hacer cada uno de nosotros para mejorar «el mundo», luego emprendemos la marcha hacia actividades que tratarán de salvar «al mundo» (defensa exagerada a los animales tratando absurdamente de humanizarlos, luchar por el hambre en África -como si en nuestro país no existiera el hambre- adentrarnos con desesperación en religiones exóticas sobre todo de Asia -como si en México no tuvieramos un enorme acervo místico-, adorar a los «dioses» contemporáneos -todo el mundo llorando a mares la muerte de Steve Jobs-. La conclusión que obtengo de este fenómeno es que de verdad la brújula en el mundo se encuentra algo deteriorada (quizá muy deteriorada) y es necesario volver al origen y retomar el camino realmente constuctivo. Debemos replantearnos qué es lo que realmente necesitamos y trabajar por satisfacerlo. ¿Te has preguntado cuál es tu necesidad más vital?, ¿convertirte en un genio de la tecnología?, ¿tener millones de amigos en tus redes sociales a quienes resulta imposible darles una mínima atención?, ¿aparecer en las revistas de sociales o espectáculos?, ¿convertirte el líder social o político o religioso?, ¿confundirte al introducirte a millones de filosofías y sectas que aseguran poseer la verdad de la vida?, ¿rodearte de casas, autos, ropa, comida y conocimiento?…

Luego de responderte las preguntas anteriores, reposa y trae a tu mente a ser que más amas en la vida; tu padre, tu madre, tu esposa, esposo, tu hijo o hija. Ahora responde a la pregunta, ¿qué sucedería si de pronto tu ser amado desapareciera?

Si este evento desafortunado ocurriera, ¿tendría sentido ser el líder social, político, científico o cultural con el que sueñas convertirte;  o tendría caso salir en las revistas, buscar la filosofía que te resuelva la vida en dos lecturas (lo que por cierto es fantasía)? Lo más probable es que tu vida sufra un descalabro porque tu depósito de amor se ha ido y el vacío que ha dejado irónicamente se convertirá en tu más grande fortuna porque descubrirás que el amor por el ser desaparecido nunca se irá pues la fuente de amor está dentro de tí y es eterna; pero además te darás cuenta de que tu necesidad imperativa e ineludible es el AMOR.

Construyamos en amor, demos amor cada vez que podamos aunque sea difícil al principio, abstengámonos de aquellos cuya palabra es GUERRA (antítesis de AMOR), abrámosle la puerta a un alimento sano y no te preocupes por «el mundo» que eres demasiado pequeño para arreglarlo solo, pero si cooperas solucionando tus temores, ira, envidia, confusión, ten la seguridad que estarás haciendo mucho por «el mundo».

Rafael Redondo