¿La moral es cuestión de Estado?

Mi abuela me contó esta historia hace muchos años (obviamente no fue real) intentando aminorar nuestro egoísmo cuando de niños siempre deseábamos acaparar los regalos haciendo a un lado a nnuestros hermanos o primos.
Era un tendero que llegó a vivir a un pueblo de Jalisco; hábil en los negocios pero muy tonto para manejar sus emociones. El tendero logró hacer de su tienda la mejor del pueblo Alteño aunque pronto lo dominó su ambición y empezó a acaparar mercancías y a elevar los precios. La gente del pueblo sufría mucho porque el tendero era quien llegó a poseer todos los productos y cualquier cosa que necesitaran los pobladores  era indispensable comprarla en su tienda, no había más opciones.

Los precios fueron elevados hasta la exageración así que la gente del pueblo un día ya no pudo pagar esos precios tan altos. Los pobladores empezaron a llenarse de frustración, robaban, odiaban además al tendero; mucha gente empezó a morir de hambre mientras el tendero estaba gordo y se regocijaba de su avaricia. Tanta fue la ambición de este POBRE HOMBRE que compró a las autoridades del pueblo para acumular más poder; al sacerdote fue a someterlo a punta de pistola para que también fuera suyo el dominio de la fe en el pueblo.
En apariencia, el tendero lo poseía todo; pero no se dio cuenta que al dejar en la miseria al pueblo, ya no habría nadie a quién venderle y así sucedió; luego de muchos días de desorden y violencia, la supervivencia los llevó a organizarse. Empezaron a intercambiar productos entre ellos, esto dio origen al trabajo en equipo. La organización de ese pueblo empezó a reconfigurarse; surgieron nuevos líderes que organizaban la convivencia, empezaron a experimentar la solidaridad: unos se compadecían de los otros. Mientras tanto el tendero veía cómo sus productos se echaban a perder dentro de su tienda; además estaba solo, nadie tenía un buen sentimiento hacia el hombre que había causado tanto daño. El tendero nunca previó que al eliminar a los de abajo, se estaba eliminando él también. El pueblo salió adelante mientras una mañana lluviosa el tendero fue hallado muerto dentro de su tienda al centro de un montón de huevos, carne y verduras podridas. Todos sus lujos, armas, adornos en el interior de su casa no fueron suficientes para darle felicidad que es el objetivo de todo ser vivo.
Esta historia resulta una alegoría de cómo se desenvuelve nuestro país; así que cuidado a las cúpulas de poder pues el pueblo de México está fatigado de tanta frustración, harto de promesas no cumplidas, asqueado de la diferencia social, apanicado con la violencia. Creo que es momento adecuado para que esta sociedad se reestructure de verdad mientras los partidos y millonarios se siguen peleando el poder de jure, ese poder que está quedando hueco pues han hecho una excelente labor para dejar que la gente dentro de su miseria BUSQUE NUEVAS ALTERNATIVAS PARA SOBREVIVIR y es evidente que dentro de las estrategias que deben incluirse en un nuevo orden social son muchos conceptos morales que hemos olvidado: la felicidad, la compasión, el amor, el trabajo en equipo (igual que en la historia que acabo de contarles) deben CONVERTIRSE EN CUESTIONES DE ESTADO, y lo mejor es que estas cuestiones SON APLICABLES EN LA REALIDAD, NO HABLO DE UNA UTOPÍA. ES TAN SIMPLE COMO VOLVER A RECONOCERNOS COMO SERES HUMANOS, QUE YA HEMOS PADECIDO DEMASIADO CON DISCURSOS OBSOLETOS Y SERES ABUSIVOS Y AMBICIOSOS.

LA CONDICIÓN EN QUE SE ENCUENTRA MÉXICO ACTUALMENTE ES UNA OPORTUNIDAD PARA VOLVER AL ORIGEN Y NECESARIAMENTE SERÁN ESTAS “NUEVAS CUESTIONES DE ESTADO, LAS CUESTIONES DE CARACTER MORAL” LAS QUE RENOVARÁN MÉXICO. FELICES FIESTAS PATRIAS.
Rafael Redondo